¿Un Wilmoore Kendall del siglo XXI? ¿Un Jordan Peterson, un Nassim Taleb sudamericano? La prensa brasileña llama a Olavo de Carvalho (Campinas, 1947), “el gurú de la derecha”, “el gurú de Bolsonaro”. Muy probablemente sea el teórico y mentor de la revolución brasileña. Con más de 4.000 alumnos en su seminario permanente on-line de filosofía, el total de sus obras publicadas se estima en 20 libros. Un año atrás se contaban más de 100 mil ejemplares vendidos de su best-seller Lo mínimo que usted tiene que saber para no ser un idiota . Su perfil en Tweeter alcanza más de 200 mil seguidores diarios. Sumadas solamente las redes sociales, el alcance del filósofo es de 1 millón 187 mil personas, según informa Ricardo Luiz Roveran . Sus jóvenes discípulos son el motor de la contra-hegemonía en el Brasil, hacen películas sin apoyo alguno del gobierno, crean didácticas para niños, traducen y editan libros liberales y conservadores, patrística y escolástica, desconocidos en el mercado editori
Conceptualización del gnosticismo -la esencia de la modernidad- y adhesión de la sociedad a las verdades fundamentales, un conjunto de convicciones fundamentales, implícitas en la forma de vida, que en ningún caso puede ser sometido a las vicisitudes del mercado. La crisis epocal es de sentido. El debate que late en la oportunidad electoral es acerca de la naturaleza de la sociedad brasileña: ¿tiene Brasil una ortodoxia que pueda defenderse por medio de sanciones legales? ¿Todas las cuestiones están "abiertas" o sostenemos verdades que trascienden a cualquier disputa? La generalizada legalización del aborto aceleró una encrucijada epocal: decidir si merece la pena que siga habiendo hombres sobre la tierra, si tiene valor intrínseco el bípedo implume de 46 cromosomas y ochenta años de vida.
