Las batallas off y online.


Brasil se destaca en el escenario global contemporáneo. Más de la mitad del territorio de Sudamérica, Brasil es de las primeras diez economías del planeta. Las próximas elecciones colocan al país también como extraordinario test para las formas de informarnos y entendernos y los modos de comunicarnos. El candidato que lidera las tendencias hace medio año no cuenta casi con espacio en TV y radio. Cerrado el camino convencional, la campaña de Bolsonaro se realiza en las redes sociales y en las calles. El proceso electoral brasileño es pues un verdadero examen sobre el carácter descentralizado, no jerárquico y supuestamente democrático de la Red.

Brasil representa en extensión la mitad del territorio de Sudamérica y su población supera los 190 millones de habitantes. Es un gigante, desde todos los puntos de vista. Su economía se sitúa aproximadamente en el octavo o noveno puesto mundial. Pero también se destaca en el escenario global contemporáneo porque el proceso electoral brasileño es un test inmejorable para ver hasta qué punto el espacio público creado por los nuevos medios digitales y las redes sociales es ya la esfera de pensamiento y acción colectiva, con un impacto real en la política. Ayer comenzó la campaña en TV y radio.

Bolsonaro tiene 22 veces menos tiempo de campaña que Alckmin. Con el 40% del tiempo disponible, el candidato del centro-izquierda (PSDB-centrão) es el rey de los Medios masivos de difusión. Mientras que el candidato del PT, que es segundo en tiempo, cuenta con 2 minutos, 22 segundos en cada uno de los dos bloques diarios, Bolsonaro dispondrá de 8 segundos. Cerrado el camino convencional, la campaña del candidato de la derecha se realiza a través de la vía de comunicación que lo llevó a liderar todas las encuestas presidenciales, las redes sociales, el mismo camino que tuvo a Donald Trump como protagonista en 2016 y gracias al cual dio la gran sorpresa política del siglo ganando la Presidencia con todos los grandes Medios en contra suya. Los expertos coinciden: Colombia, Brexit y EUA, etc, la hegemonía de izquierdas fue desbordada en las redes sociales. Los conservadores populares brasileños sostienen que el establishment parece no estar dispuesto a que suceda otra vez y que ahora Sudamérica se le vaya de las manos. Es que los campos de batalla de la guerra cultural son cada vez más digitales: principalmente, los feeds de las redes sociales (particularmente los de YouTube, Facebook y Twitter), el mundo de los podcasts y las secciones de comentarios (viendo, likeando, comentando, etc.).

 ¿DEMOCRACIA DIGITAL?

Recientemente la presión de la Unión Europea persuadió a Facebook, Twitter, YouTube y Microsoft a firmar un “codigo de conducta” contra el discurso contrario a la narrativa oficial llamado “de odio”. De inmediato Mark Zuckerberg anunció planes para contratar a 3.000 moderadores adicionales para que efectivamente policía Facebook para mantener sus normas de la Comunidad. Luego el jefe de seguridad Alex Stamos dijo a CNBC que están prohibiendo más de un millón de cuentas de usuario cada día. Hace tan solo unos meses, Jaron Lanier considerado por muchos expertos como uno de los padres de la realidad virtual gracias a sus textos e ideas a finales de los años 80, sostuvo: "Facebook y Google son peligrosos imperios de la modificación de conductas". Hace unos pocos días, el presidente de Estados Unidos advirtió a Google por "suprimir" las noticias de medios conservadores y republicanos sobre él y "amañar" el algoritmo para que se beneficien otros como la CNN y aparezcan antes las noticias malas que las buenas.

 NUEVOS ESPACIOS DIGITALES PARA LA DISIDENCIA

Gab.ai, una red social que quiere ser una alternativa al oligopolio progresista de Facebook, Twitter y Google en las redes sociales para tratar temas que son presuntamente censurados en esas plataformas. Así, por ejemplo, el paulistano Daniel Araújo, que se dice anarquista, sostuvo en Vice, que dejó totalmente las redes "mainstream" por considerar Gab más seguro. "Las otras redes sociales tienen cuestiones serias de seguridad, que no parecen suceder aquí", explica. "Además, la gente no sabe manejar la diferencia, en el fondo terminan todos diciendo lo mismo en Twitter o Facebook, aquí hay diversidad. “Si tenemos que reconstruir el Internet entero de abajo para arriba, eso es lo que haremos. No pueden detener la descentralización de Internet “, dice el CEO de Gab Andrew Torba. Pero hay un detalle: Gab depende de Microsoft, que lo hospeda.

MARCAR LA CANCHA DE LA VIDA DIGITAL

En efecto, son muy pocos los dueños de la infraestructura que permite el uso de Internet, y también los servicios que sobre ella se brindan. La propiedad de los cables de fibra subacuáticos, las empresas que se alojan y controlan el NAP, los grandes centros de datos como Google, Facebook, Amazon o los llamados “servicios en la nube” como Google Drive, Amazon, Apple Store, OneDrive, son unas pocas corporaciones. Hoy, de las seis principales firmas que cotizan en bolsa, cinco de ellas son del rubro de las TIC: Apple, Google, Microsoft, Amazon y Facebook. Gigantes del sector como Google, Facebook, Tesla y Apple se han pronunciado contra Donald Trump. Lo han hecho Pichai (Google), Musk (Tesla) y Zuckerberg y sus respectivos CEO. Hace poco más de un mes, InfoWars del famoso periodista y podcaster estadounidense Alex Jones, fue prohibido simultáneamente por Apple, YouTube, Facebook y Spotify. Horas después Twitter derribó una serie de cuentas de influenciadores digitales partidarios de Bolsonaro. Así lo informaban ellos mismos:
 “Recibí un mensaje de personas que tuvieron la cuenta bloqueada sólo por comentar mis tweets.” “Las oligarquías digitales quieren imponer un pensamiento único e influir en el resultado de nuestras elecciones.” FM
“Internet era el único ambiente de relativa libertad de pensamiento y pluralidad de visiones de mundo, y libertad y pluralidad son, para la extrema izquierda, como agua bendita para vampiro.” FG 

El tiempo de este bloqueo, evidentemente, hace que todo sea mucho más grave. Después de todo, con un bloqueo de treinta días, ellos no pueden hacer comentarios durante la mayor parte del período electoral. El filósofo Olavo de Carvalho, bloqueado en Facebook hace una semana, escribió: “No cabe duda de que nuestro proceso electoral está sufriendo una interferencia de un oligopolio extranjero, decidido a manipular el debate público y determinar el resultado de las elecciones - intento que se hace aún más evidente cuando recordamos que el Sr. Jair Bolsonaro y decenas de otros han subrayado la importancia de las redes sociales para hacer sus campañas.”

Esta operación de limitar en la realidad online a los mejores influenciadores del movimiento reunido alrededor de Bolsonaro, obliga a prestar atención al viejo y tradicional recurso del líder político, el encuentro cara a cara con el pueblo en la realidad offline.

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