El fraude.
Ya es
común que, ni bien se conocen las informaciones sobre la derrota, el partido
perdedor en cualquier proceso electoral, amaga con denuncias de fraude. Pero en
Brasil la cosa va en serio y se multiplican cada dìa los recursos presentados ante
la justicia electoral sobre las elecciones del último domingo (ver video). La preocupación
mayor se dirige a la segunda vuelta del 28 de octubre. ¿Qué llevaría a activar
una operación de una dimensión escandalosamente astronómica, habida cuenta de todas las encuestas que muestran cada
vez más lejos de Haddad a Bolsonaro? Según el filósofo y más destacado inspirador de los movimientos civiles brasileños, Olavo de
Carvalho: "Lo que cae con la llegada de Bolsonaro al gobierno es: 1) Todo el esquema de poder construido
por el PT y sus asociados a lo largo de cincuenta años. 2) El centro motor
y financiero de todo el movimiento comunista latinoamericano. Por lo tanto, el
Foro de S. Pablo con las doscientas organizaciones que lo componen. 3) Los
planes internacionales de eliminación de la soberanía nacional brasileña y de
subyugación del país al esquema globalista. 4) Miles de carreras y
biografías de políticos, intelectuales y artistas de izquierda. 5) Todo el
poder del narcotráfico y del crimen organizado en general. 6) Todas las
grandes empresas de medios de comunicación. 7) Toda la constelación de
prestigios del show business. 8) todo el sistema de poder instalado en las
universidades y en el sistema educativo en general. La caída de todo esto es inmediata y automática el día mismo de la
posesión de Bolsonaro. Además, el famoso "gigante dormido", el pueblo
brasileño, se despertó y no hay somnífero capaz de hacerlo volver a dormir. Es
un nuevo poder soberano decidido a someter o anular a todos los demás. Por todo ello, es obvio, es evidente e innegable que los representantes
del actual esquema de poder no puedan aceptar una derrota de ninguna manera,
porque no será sólo una derrota, será su total destrucción como grupos, como
organizaciones e incluso como individuos. No están luchando por el poder ni para ganar una
elección, están luchando por su supervivencia política, social, económica e
incluso física. Es inconcebible que, en estas condiciones, no luchen con la
furia de miles de leones heridos, apelando a todos los recursos legales y
ilícitos, Morales e inmorales, para obtener no sólo la victoria a todo precio,
sino, si es posible, la reducción a la total inermidad.”