Los soviéticos de Harvard


Nasim Taleb, uno de los más renombrados filósofos políticos de la actualidad, en su libro " Antifrágil", advierte continuamente contra la autoridad de los tecnócratas -- o, como le gusta llamar, de los "intelectuales soviéticos de Harvard". Una de las mayores desventajas de los tecnócratas, según Taleb, es la "dependencia del dominio", es decir, la incapacidad de observar "más allá de la cajita" o de su "departamento soviético en Harvard", cometiendo, a menudo, errores pueriles de análisis por la simple imposibilidad de imaginar que una cosa, fuera del recorte de esta ciencia, puede ser concretamente inaplicable en otro ámbito -- por ejemplo, la dificultad de los economistas de entender ciencia política; o de los estrategas militares comprender el alcance de una revolución cultural o educativa, no armada.
Taleb constantemente se refiere a los académicos como "soviéticos", por su tendencia a planificar el mundo alrededor de su propio recorte de la realidad -- un defecto grave de la ciencia moderna surgida de Bacon, en la cual se hace un recorte del mundo entero existente y, poco después, la realidad se ve sólo en función de aquello: para el biólogo, sólo hay validez en lo que pueda ser declarado por la biología; para el físico, por la física; para el genetista, por la genética, y así por delante.
También en las ciencias humanas: el economista sólo razona bajo premisas económicas, olvidando, en un contexto político, las influencias culturales y los factores reales de poder (razón por la cual Taleb afirma que los peores ingresos de fondos de inversión fueron obtenidos por economistas que no salieron de la caja de la economía y, por lo tanto, no aprovecharon las opciones que otros aspectos de la realidad podrían haber mostrado).
La Realidad es amplia y un recorte científico es incapaz de absorberla entera: es sólo una pieza de un mosaico bello y gigantesco. Cada pieza necesita ser vista así, como una pieza, es decir, otras piezas necesitan ser afiliadas para formar alguna imagen de lo Real.
La decisión basada en sólo un recorte (con dependencia de dominio) es una decisión frágil, en la clasificación de Taleb: basta con un evento que no esté considerado en ese recorte, para que todo se convierta en ruina.
Una decisión antifrágil, al contrario, tiene que considerar todos los aspectos posibles y, por lo tanto, beneficiarse de la mayoría de ellos: el económico, el político, el cultural, el educativo, etc, pesando las ventajas y las desventajas y obteniendo mayores ventajas en general.
Eso es más que perder todo por apostar todas las fichas en una sola cesta.
Por esta razón, la tecnocracia, o el gobierno de los tecnócratas (los académicos de los que habla Taleb, con su tendencia a planificar el mundo a la luz del propio departamento, "intelectuales soviéticos", sea de Harvard, de Chicago o de la USP) es siempre un gobierno frágil, reducido y sujeto a eventos del tipo "Cisne Negro negativo", un término acuñado por Taleb para definir esos eventos imprevisibles que, sin embargo, pueden destruir todo a la vez.
Sólo lo contrario de la tecnocracia, es decir, la apertura a las diversas opciones o aspectos de la Realidad, puede garantizar un gobierno antifrágil, que se fortalece en cualquier situación y se beneficia de lo contrario: "Cisnes Negros positivos", un evento impredecible, con ventajas Ilimitadas, pero aprovechadas tan pronto aparezcan -- pues, después de todo, su posibilidad de ocurrir no fue vetada por algún tecnocrático allá, al inicio.

                        T. Fernandes de S.
                                                                                                  (en Cuadernos Netnográficos) 

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