Pacto sí, pero genuino
Días
Toffoli propuso desde la edición brasileña del diario español El País un "gran pacto" con el gobierno Bolsonaro y
el nuevo legislativo para sacar a Brasil del pantano. Según el presidente de la Suprema Corte, son tres los nortes:
1) Reforma Fiscal; 2) Reforma previsional; 3) Seguridad Pública.
No cabe duda de que los tres temas son importantísimos: los dos primeros garantizan la salud de los negocios y un futuro menos sufrido para las próximas generaciones, mientras que el último garantiza que las próximas generaciones existan. Es bueno que la Corte Suprema esté señalando que no va a causar problemas a Bolsonaro en ese punto. La Corte sabe que, manchada como está ante el pueblo, no tiene cómo sostener una oposición contra la popularidad asombrosa de la persona Bolsonaro.
Pero existe un riesgo en esta propuesta, que refleja la mente del establishment burocrático: que se refiere únicamente a los aspectos externos, pragmáticos, económicos. Es que ningún pacto nacional genuino, en la situación actual, puede olvidar lo fundamental: la cultura y la educación. Fue en esos dos ámbitos que el marxismo cultural y el globalismo destruyeron Brasil, permitiendo todo lo demás.
No podemos centrarnos sólo en la resolución de los problemas visibles cuando son síntomas de un virus más profundo e invisible a los ojos de la burocracia. Incluso, porque restringir el nuevo gobierno sólo a la economía o la seguridad pública es precisamente lo que garantiza la supervivencia espiritual y la influencia cultural del establishment, que quedan intactas y libres para un retorno posterior de todo lo que luchamos ahora para derribar.
No cabe duda de que los tres temas son importantísimos: los dos primeros garantizan la salud de los negocios y un futuro menos sufrido para las próximas generaciones, mientras que el último garantiza que las próximas generaciones existan. Es bueno que la Corte Suprema esté señalando que no va a causar problemas a Bolsonaro en ese punto. La Corte sabe que, manchada como está ante el pueblo, no tiene cómo sostener una oposición contra la popularidad asombrosa de la persona Bolsonaro.
Pero existe un riesgo en esta propuesta, que refleja la mente del establishment burocrático: que se refiere únicamente a los aspectos externos, pragmáticos, económicos. Es que ningún pacto nacional genuino, en la situación actual, puede olvidar lo fundamental: la cultura y la educación. Fue en esos dos ámbitos que el marxismo cultural y el globalismo destruyeron Brasil, permitiendo todo lo demás.
No podemos centrarnos sólo en la resolución de los problemas visibles cuando son síntomas de un virus más profundo e invisible a los ojos de la burocracia. Incluso, porque restringir el nuevo gobierno sólo a la economía o la seguridad pública es precisamente lo que garantiza la supervivencia espiritual y la influencia cultural del establishment, que quedan intactas y libres para un retorno posterior de todo lo que luchamos ahora para derribar.
T.
F de Souza
(en Cuadernos Netnográficos)