“Hoy la derecha es el campo de la singularidad y la experimentación”
Thiago (26, São Pablo) back-end developer,
Filipe (31, Río) diseñador de UI/UX, Isabela (24, Belo Horizonte) emprendedora y Theodoro
(41, Houston) geógrafo. Sesión enfocada sobre la transición en
Brasil.
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Por qué Bolsonaro.
THIAGO: No hay otra. Vea, lo que no mata
fortalece. La derecha tenía que expresarse, existía pero sin representación política. La generosidad de Bolsonaro abrió la expresión del
brasilero de sentido común. Los otros candidatos… era el sinsentido. Estábamos
llegando al límite de la locura en Brasil. A mí no me divierte para nada que
determinados grupos se autoperciban, vaya a saber, delfines, y que usen el
poder de estado para obligarnos a aceptarlos como delfines, a aprender el
idioma de los delfines y vivir en el agua como los delfines. Todo había llegado
a un límite y se necesitó un líder-límite obviamente. Bolsonaro es el tipo de
líder que llega en situaciones límite. Al fin y al cabo, es como decía Günther Anders: se trata de que el mundo se
conserve para poder modificarlo.
ISABELA: Lo que dijo Bolsonaro en campaña
coincidió con lo que pienso. Brasil tiene que ser grande no solamente en volumen,
la inteligencia, las ambiciones, los proyectos adelgazan hasta en la alta
competencia. Pensar en grande. De lo contrario, la gordura, la insanía. Si
Japón es lo que es, Israel es lo que es, nosotros, ¡pero qué caraduras! Brasil
puede ser de provecho –y mucho- a los demás en el mundo. Porque aislados –lo
del BRIC fue una engañapichanga- servimos de alimento a los parásitos internos.
Los parásitos se devoraron el país. El lugar de los parásitos, en política,
debe ser la prisión.
FILIPE: Me hubiera gustado votar a un partido
que me deje en paz. El gobierno tiene que ser lo menor posible: no interferir,
¿entendés? Mi sueño es que llegue el momento que ni me sepa el nombre del
presidente. Lo peor es tener que tener a los políticos presentes todo el
tiempo, saberse el nombre hasta de cada integrante de la Suprema Corte. Los
brasileros nos sabemos hasta los alias que usaron los corruptos que son reos.
Es insoportable. Un estrés inaguantable porque, encima, los mantenemos nosotros
y nos joden la vida. ¡32 asesores tiene un diputado! Ahora bien. Habiendo llegado donde llegamos,
con un país podrido por dentro -como dice Isabela, carcomido por los parásitos
socialistas- no íbamos a saltar de eso a
un gobierno mínimo y de libre empresa. No me hago ilusiones. Necesitábamos a
Bolsonaro. Será la transición. El hombre está consciente de eso, él vino para
sentar las bases de otra cosa. Yo a Bolsonaro no le pido mucho ni espero tanto.
Pero que los delincuentes vayan presos. Nada más. Ah…eso sí, y que no me
obliguen a negar la realidad, una mujer es una mujer, un hombre es un hombre, y
si se sienten otra cosa allá ella o él, y con respeto mutuo, pero que no me
obliguen ni a mí ni a mis hijos a negar a realidad. Cordura. No mucho más. No.
Bolsonaro va a poder hacer poco cuantitativamente hablando. Pero ojo, que tampoco
es un Piñera, mucho menos un Tabaré Vázquez… un Macri. Bolsonaro, y todo lo que hay del
lado suyo se ponen
muy alta la vara. En eso estamos mucho mejor que otros países de América Latina.
La historia brasilera daba para un Bolsonaro, un líder de derecha que madura
hacia el conservadorismo moral y de libre empresa, busca definir un programa
local y global...¡Qué más pedir! Por ahí, caminando, surge algo mejor. Volvimos
al camino. Es lo importante.
THEO. Después del siglo XX de los
genocidios y totalitarismos, la izquierda es el campo de la mismidad y el igualitarismo. La derecha es el campo de la singularidad y la experimentación. Simple. Era Bolsonaro.
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Cómo lo conocí. El
primer contacto que tuve con el candidato.
ISABELA: Las redes. A ver, yo como cualquiera
de las chicas me abstenía de la política. En la facultad ni enteradas que
estábamos. Pero en 2015 hubo que entrar sí o sí. Y en 2016, a la calle. Así
conseguimos el impeachment. Así conseguimos todo en realidad. Fue un curso
acelerado de política para mi generación. Si participaste de todo eso, era
lógico, por decante, llegar a Bolsonaro.
FILIPE: Las redes obviamente. A esta altura
tengo una estación política de trabajo (risas)…ya ni leo diarios ni veo TV para
informarme. Tengo mis propias fuentes casi en un diálogo permanente. Desde que
nos conocimos tweeteando hasta organizar este viaje a Brasilia para Reveilllon
(término brasileño de origen francés referido a la cena de fin de año, Filipe
se refiere a la asunción presidencial del 1 de enero 2019, NdeR)… ¡es todo un
cambio de mando en mi vida! (risas).
THEO: No voté nunca. En estos temas no
pasaba de Kant y Hegel. Por ahí daba vuelta una página y…¡paf! Ya eran Lenin y
Hitler, Churchill y De Gaulle, Garrastazu y Lula. Me perdía el entremedio. Hasta
que llega marzo de 2018 y mi mujer me regala para mi cumpleaños un programa
diseñado por ella para mí, que incluía triangulación de fuentes y que servía
para hacer un seguimiento comparativo Amoedo - Bolsonaro. Aprendí mucho de mi
país (trabajo fuera hace unos años) e hice amistades como ves. Para agosto
tenía decidido el voto.
THIAGO: Olavo de Carvalho. Es un filósofo
bah, en realidad, el único filósofo que tenemos en Brasil (profesores de
filosofía muchos, pero filósofo, Olavo). Pues bien, vengo siguiendo su trabajo
desde 2010 y, de vez en cuando, qué se yo, una vez cada dos años, por decirlo
así, Olavo mencionaba a Bolsonaro en su Outspeak. Su tema no es la política, al
menos no la política local, sino la cultura superior brasilera, la teoría
política, etc, pero si Olavo se veía obligado a emitir opinión favorable de un
político brasilero ahí era Bolsonaro, nada muy intenso, claro. Pero llegado el
momento, no lo dudé.
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Quién es Bolsonaro
para mí.
THEO: ¡No creo conocerme del todo (risas),
mucho menos sé quién es el presidente! Confío que Bolsonaro sea lo menos arruinado
de la política, que no se acobarde ni que escuche los cantos de sirena, confío
en eso. Lo demás, se lo dejo a la Justicia, así con J mayúscula…la divina.
ISABELA: Soy de la parte de Brasil que no va
a darle más a nadie un cheque en blanco. Para nosotros eso se acabó. Quien
fuera tenía que demostrar que iba a dar todo para cumplir las promesas de
campaña. Después, si no puede, será otra cosa. Bolsonaro tuvo la valentía
necesaria. Su prueba llegó en Juiz de Fora (ciudad del atentado, NdeR). Para mi
sector era necesario alguien que demuestre que venía a jugar la vida.
Bolsonaro pasó esa prueba. Se merece que luchemos de su lado. Pero nada de cheque en blanco, ¿ok? Eso sí, me pregunto, porque no sé el costo que tuvo Juiz de Fora, ¿qué será del vínculo físico establecido entre el líder y el pueblo, que fue su ventaja comparativa, después del atentado? Me pregunto por las consecuencias de Juiz de Fora. El Capitán pasó la prueba pero, ¿habrá pasado indemne también el liderazgo, cuando la relación directa con el pueblo tiene ahora una barrera de "inteligencia", lo que, por otra parte, es justificable?
FILIPE: Bolsonaro es un político de raza. Un
outsider, del Parlamento sí, un hombre de la política brasileña, por supuesto,
con todo lo que eso implica, pero así y todo, un outsider de la política, con
formación militar. La combinación justa para el momento que vivimos. Ni más ni
menos.
THIAGO: Hay algo de Dios en esta historia. Es
demasiado…real, como lo dijo Filipe. Demasiado…real. Real esa es la palabra.
Nada de más, nada de menos. Hasta un caso de corrupción, de intensidad minima,
pero corrupción al fin, salpica a la familia Bolsonaro. Está bien. Hasta eso lo hace más…real. Ningún Robespierre, nada de un le incorruptible que dejó a París
hediendo sangre como un matarife. Bolsonaro vino por exigencia del momento
histórico, podría no haber aparecido Bolsonaro, pero entonces dio el paso en
2014, y no paró. No paró ni siquiera cuando lo quisieron eliminar en Juiz de
Fora. Eso sí, en cuanto a corrupción, lo que se prueba debe tener su
consecuencia lógica, sea quien sea. Ahora, el periodismo me enerva. Parece que los
Medios están a la orden del día para tirar la primera piedra. Durante veinte
años miraron para otro lado. Es el ocaso de los Medios tomando partido.
Cómo veo el armado de gobierno.
THEO: La promesa de campaña va a colisionar
con la República Nova, el Brasil globalista --van a coexistir dos regímenes al mismo tiempo, por así decirlo. El presidente se verá en una
encrucijada: moviliza al pueblo corriendo los riesgos concurrentes, o modera
sus aspiraciones de campaña al límite del hundimiento. Será una lucha tremenda y va a depender --esto lo destaca Isabela-- de si Bolsonaro pueda restablecer el contacto físico con el pueblo, quebrado en Juiz de Fora.
Estamos hablando de un gobierno en campo minado, ¿entendés? Los arribismos de Brasilia, la delincuencia
organizada, el Deep State, los conglomerados mediáticos, los corporativismos, el
globalismo, China…¡Uff! En verdad el gobierno no podía ser otra cosa que
una alianza de Bolsonaro con notables, Moro, Olavo de Carvalho, Guedes… como en
Europa del Este cuando cae la cortina de hierro. Ahora, ¿hasta qué punto
aguanta la alianza? ¿Cuál será el primero en desistir, o en cortarse solo? Vaya uno a saber. Lo que
es cierto es que si hay dos períodos presidenciales, con la estabilidad que eso
supone, puede surgir algo mejor. Bolsonaro hace su parte. Nosotros, el pueblo,
tenemos que levantar otra cultura, algo más capaz cognitiva y prácticamente hablando
de manejar la complejidad del proceso y la velocidad del devenir del
capitalismo deseos, tecnologías y
procesos disolventes. Sí. Los poderes divididos siempre vuelven a
indiferenciarse. Pero supongo que podríamos contener lo inevitable por unos
cuantos años. Lo suficiente como para que esta generación, y ojalá la de
nuestros hijos, goce un status quo entre autoproducción capitalista, autonomía
experimental y un renacimiento de los vínculos naturales como el matrimonio
sacramental y la familia. Antes del apocalipsis zombie.
ISABELA: (Risas) El detalle no lo sé pero los asuntos
que me interesan te puedo decir. A ver, Justicia y Seguridad Pública mejor no
puede ser, sin palabras. Economía está muy cohesionado, parecen un partido
político en sí mismo, una ruleta en términos de poder pero es el vértigo... y no
hay otra que jugarse. Cancillería, me encanta lo que escribe Araújo, hay que
ver cómo manejan la relación entre la teoría y la dimensión sustantiva, la negociación
geopolítica y esas cosas. Ahora, me preocupa Educación. Para empezar se
necesitan estadísticas fiables. ¿Qué es realmente ese paquidermo escolar? En
educación en serio las cosas estén menos claras. El sistema educativo es un
monstruo y no veo especialistas que no sean izquierdistas. Yo creo que es muy
grave. Pero es como dijo Filipe, eso Bolsonaro y el ministro Vélez no lo van a arreglar.
Si consiguen parar el sangrado todo bien. El tema es dejar de herir a los
niños. Simplemente me parece un crimen eso de considerar la escuela como una
trinchera de la lucha social. El daño interior que se le puede hacer a un niño
es enorme.
THIAGO: Espero que los militares se
circunscriban a la especialización técnica, en ninguna parte fueron buenos
políticos. Dicho esto, lo de educación que toca Isabela es gravísimo. La
economía impacta directamente y a los niños nadie los toma en serio, entran en
cualquier discurso políticamente correcto pero son decorativos, el mañana, qué
se yo, hasta un estorbo. Pero vea, mientras el dinero viene y va, la inocencia
de un país que son sus niños, no. Es lo primero que se debe proteger: la
integridad del alma del niño. Y de esto nadie se acuerda. Los Medios se reían
de Bolsonaro con lo del kit gay. Pero fue el único candidato, una anomalía, y
su apelación fue dramática.
THEO: La tentación en Educación es ocho u
ochenta. Por un lado eso de recentrar en el maestro, …creer que volviendo al
viejo colegio, disciplinario, centrado en el maestro, la cosa se siga
deteriorando porque –encima- los maestros por lo general tienen el chip
izquierdista. No hablo de adoctrinamiento necesariamente (los adolescentes, al
menos en humanidades, ya no se creen mucho lo que estudian). Hablo de rutinas y
hábitos que es lo que el niño aprende sí o sí por modelización. En la otra
punta, el constructivismo y todas esas modas de los pedagogos de Harvard. No
hay un modelo alternativo -ni creo que pueda haberlo. Se dice que es el talón
de Aquiles de los conservadores. ¿Es que se puede hacer algo? Homeschooling,
claro. Es una salida en el largo plazo, pero en el corto… en la parte superior
de la pirámide se podría hacer, se puede generalizar. ¿Y la mayoría qué? Veamos.
Otra vez, la cosa es ganar tiempo. Salvando el tema de los niñitos que dijeron
Isabela y Thiago, el punto crítico me parece que es la Enseñanza Secundaria.
Los sistemas educativos a nivel mundial están perdidos con los adolescentes. Y
meterlos en un régimen militarizado, como quieren algunos desesperados, me
parece regalar los jóvenes a los radicalismos pro y anti. Yo eliminaría el ENEM
(selección universitaria aplicada por el Nivel Secundario, NdeR) así como
cualquier centralización curricular en Secundaria -muchos sistemas escolares acentrados, en vez de la estructura centrada del régimen escolar- y aplicaría voucher con
apertura curricular completa, la mayor libertad de emprender colegios. Mandaría
equipos a viajar por Estados Unidos para investigar. No hay sistemas buenos en
el mundo pero sí hay experiencias de unidades escolares para estudiar y
aplicar… Ya sé que es un trabajo de muchos años basado
en investigación cuanti y cuali. No, no da para ser muy optimistas en Educación
ya mismo. ¡Y toda la maldad apoyada en la espantosa mole burocrática que es el
MEC (Ministerio de Educación, NdR)
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Así me veo en los próximos
dos o tres años a nivel político.
FILIPE: yo entré al activismo o el activismo
entró en mi vida y creo que, por lo que venimos hablando, el activismo en mi
vida llegó para quedarse. Yo quiero enfocarme en mis cosas, soy berliniano en
eso (Isahiah Berlin NdR) Pero para llegar al “no te metas conmigo” primero hay
que luchar al lado de este gobierno, hasta en las calles. Porque veo que
tendremos que seguir saliendo, como en 2016, como en 2017, y no menciono 2018
porque me temo que no será festivo esta vez. No van a descansar hasta
derribarlo. Llegaremos al extremo. Y va a llegar el momento que solamente Bolsonaro
nos tendrá a nosotros, al pueblo.
ISABELA: ¡Nuestra Señora! No te tenía así de
arrojado (risas). En fin, yo me veo ayudando desde mi negocio. Se necesitan
nuevas ideas, nuevos proyectos, nuevos vínculos. Crear sociedad. Porque llegamos
al punto máximo de la desconfianza. Eso de “todos somos una ruina sin remedio”.
Es que ni muy malos ni muy buenos. Batallando. Ahora sí, yo espero que a partir
de 2019 la gran cantidad de activistas de redes que hicieron posible el triunfo
de Bolsonaro autónomamente, se reinventen. Ya no se trata de ser parte de una
oposición radical a un régimen socialista. Eso se acabó. Fue genial. Pero ya
está. Ahora hay que generar, pensar el mercado como intercambios de
intensidades, aglutinaciones, disputas y renacimiento cultural, disputando la
producción cultural, financiera, discursiva, semiológica.
THEO:
Llegué a pensar que acá, en el mundo, el
tamaño del entuerto era ya muy grande. Que sólo nos quedaba hacer lo que
Nuestro Señor nos enseñó, en casa, humildemente, y que lo demás se resolvería de
salida y allá arriba, a través de la Eucaristía. Supongo que siempre Él
nos regala oportunidades, nuevas pruebas. Y esta es una. Hay que saber verlo. Yo
ahora entiendo con mi mujer un compromiso con mi país. Si se confirman estos
grandes pasos, pensamos volver a Brasil con los niños en edad de mudarse.
THIAGO: me veo como Isabela, abriendo mercado. Aprovechando esta oportunidad
cien por cien. Si dejamos pasar esta
chance, un par de generaciones, por lo menos, nos seguimos jodiendo. En serio. Nos
jodemos.
Belo Horizonte, 16 de diciembre